jueves, 11 de agosto de 2016

"¿Qué le debe al Patriarcado Ecuménico la Ortodoxia?". Artículo del Archimandrita Dositeo


a) Le debe la preservación del dogma ortodoxo. Preocupación de la Madre Iglesia fue y es, la de preservar la palabra de la Verdad. Ello fue posible por medio de muchos Concilios Ecuménicos y locales, reunidos a través de los siglos.

b) Le debe la Divina Liturgia de San Juan Crisóstomo, que siendo en sus bases apostólica, a través de Antioquia llegó a Constantinopla y de ella a todo el mundo ortodoxo. También la de San Basilio Magno y la de los Dones Pre-santificados, fueron conformadas en Constantinopla y de allí fueron divulgadas.

c) Le debe la Himnografía Eclesiástica. Romano el Mélodo (Compositor músico), Justiniano, León el Sabio, Constantino Porfirogéneto, Icasía Monja, Teodoro Studita, José de Tesalónica, José el Himnógrafo, Juan Mavropus y muchos otros, allí en Constantinopla vivieron, escribieron, compusieron música. Además, los grandes autores de los cánticos: Andrés el Cretense, Juan Damasceno, Cosme de Maiumá, se dieron a conocer por medio de los Monasterios de Constantinopla.

d) Le debe la Música Eclesiástica, la música de los ángeles, según la expresión de Alejandro Papadiamantis. Todos los grandes maestros allí compusieron, cantaron y dieron forma a la melodía ortodoxa. Juan el Dulce, Juan Cucuzelis, Juan Cladas y muchos otros, hasta nuestros días, gigantes de Sitial Cantoral Patriarcal, nos entregaron melodías divinas capaces de ablandar al corazón más pétreo.

e) Le debe el orden eclesiástico, los ordenamientos del ceremonial que, llegados de Jerusalén a Constantinopla, a través de sus Monasterios y en particular el de Studio, llegaron hasta nosotros. El llamado ceremonial de San Sabas no es otro que el ceremonial del famoso Monasterio de Studio. Estos ordenamientos se encuentran vigentes en todo el mundo Ortodoxo.

f) Le debe la Literatura Patrística. Los divinos discursos de Gregorio el Teólogo, de San Juan Crisóstomo, de Proclo, de San Focio, de Teodoro de Studio y muchos más hasta nuestros días.

g) Le debe el arte cristiano ortodoxo. Las artes sacras, la arquitectura, la iconografía, el arte de los mosaicos. De Vladimir de Rusia hasta Venecia y de Sicilia hasta las ermitas de Capadocia, esta influencia es evidente.

h) Le debe la preservación de la Literatura antigua. Platón, Aristóteles, los trágicos y los cómicos serían desconocidos a la humanidad si no fuesen preservados por los copistas de los Monasterios de Constantinopla.

i) Le debe la fraternidad y el amor al prójimo. Los orfelinatos y los hospedajes, las leproserías y tantos otros institutos, son testigos indubitables. Basta una simple lectura del ceremonial del Monasterio del Pantocrátor para que sea convencido el más incrédulo.

j) Le debe la condena del nacional-racismo que fragmentó al mundo ortodoxo. Enseño que por encima de la raza y de la etnia está la Fe Ortodoxa, que une a todos en una misma familia bendita.

k) Le debe el espíritu Ecuménico, que se encuentra en aguda contraposición al localismo eclesiástico.

l) Le debe la divulgación de la Fe a los pueblos “bárbaros”, desde la época de San Juan Crisóstomo y antes aún, hasta la de San Focio y aún después de éste: fenicios, búlgaros, magiares, eslavos orientales (ucranianos, rusos, serbios) y Occidentales (Moravos, eslovacos), rumanos, de Constantinopla recibieron la inextinguible Luz de Cristo. Pero también las misiones ortodoxas actuales (América, Asia, Oceanía), mucho le deben.

m) Le debe la preservación de la peculiaridad cultural de los pueblos ortodoxos. El alfabeto cirílico, la autocefalía eclesiástica, el uso del culto de las lenguas de los nuevos iluminados en Cristo y tantas otras cosas que conformaron las naciones ortodoxas actuales.
n) Le debe la administración pastoral de tantas sacras Arquidiócesis esparcidas por el mundo, que viven y se desarrollan bajo el árbol frondoso de la Gran Iglesia de Cristo en Constantinopla.

o) Le debe, particularmente el Helenismo, como también todos los otros pueblos balcánicos, la preservación de la lengua, el desarrollo de la educación en tiempos difíciles (dominio otomano), la creación de una cultura superior, la conformación de la conciencia nacional, su propia existencia.

p) Le debe la conciencia de que los pastores de la Iglesia son diáconos de misterios, servidores del pueblo de Dios, y si fuera necesario, víctimas, sacrificios voluntarios, atormentados, maltratados, decapitados por el amor de Cristo (véase el fenómeno de los neo-mártires).

q) Le debe la doctrina de que la Fe cristiana no es un privilegio, no es derecho y provecho, sino paciencia en las angustias y en las tentaciones, testimonio y martirio.

r) le debe la permanencia en lo que cada uno fue asignado, a pesar de las circunstancias adversas, del ambiente desfavorable, de la disposición hostil de los que nos rodean.

s) Le debe la conciencia de que la Iglesia de Cristo es Madre cariñosa lactante, atenta, que cría a sus hijos con la enseñanza y la exhortación del Señor, derramándoles manantiales de vida.

t) Le debe el buen camino hacia la vida eterna, enseñando que los cristianos viven en sus patrias, pero como si fuesen extraños, pues la patria eterna es el Reino Celestial, que se alcanza con arrepentimiento, humildad y vida ortodoxa.

En consecuencia todos le debemos todo a la Madre Gran Iglesia de Cristo, el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla. Nuestras son solamente las amarguras que le propinamos cada tanto, que son más amargas que el ajenjo, como hijos maleducados, olvidadizos, desagradecidos y desobedientes a sus Padres.

+ Archimandrita Dositeo


Fuente: Sacra Metrópolis de España y Portugal (Patriarcado Ecuménico)